El texto de Luis Emilio Recabarren frente a las “glorias” del ejército: “No más militares” 19 septiembre 2014 Joaquin Hernand
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Puesta online a las 15:03, el 28 de Septiembre del 2014
El texto de Luis Emilio Recabarren frente a las “glorias” del ejército: “No más militares”
19 septiembre 2014 Joaquin Hernandez Noticias, Opinión No comments
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Difícil es imaginar cuáles son las “glorias” de un ejército que lo que más ha hecho durante su historia es reprimir y asesinar a su propio pueblo . Por lo mismo, este texto busca no solo ver por qué el ejército no debe ser celebrado ahora, sino más bien que el ejército sistemática e históricamente ha sido un ente opresor del pueblo y jamás su defensor. Para ello, nos valdremos de una de las más lúcidas voces de las primeras décadas del siglo pasado, Luis Emilio Recabarren (líder obrero, trabajador tipográfico y uno de los más claros teóricos de dicha época), quien acordará con nosotros de que el militarismo es solo una estrategia para mantenernos oprimidos y explotados.
El ejército chileno, que se justifica ante el fantasma de la amenaza extranjera y de la defensa de la patria, esconde un historial de sangre que más que hablar de una fuerza dedicada al resguardo de fronteras y el territorio, ha utilizado su armamento en contra del pueblo chileno. Y cada año, irónicamente, a ocho días después de la conmemoración de la mayor de las barbaries de las Fuerzas Armadas chilenas, se celebran las “glorias” de un ejército que ha matado más chilenos que extranjeros a lo largo de su historia. Bajo la oscura bandera del patriotismo, que ni ellos respetan, se esconde la verdadera justificación de su existencia. Bajo la falsa imagen de los “defensores de la patria” se oculta la imagen verdadera de los asesinos del pueblo chileno.
Luis Emilio Recabarren, en uno de sus textos tempranos de 1904 (el cual reproducimos en esta ocasión), es capaz de identificar de forma muy lúcida el verdadero motivo del militarismo: “sofocar al pueblo”, oprimirlo, tenerlo sometido frente a la pasiva y muchas veces activa amenaza de las armas. Y es que los militares no defienden una nación, defienden a una clase, a una casta que oprime, y que sin el monopolio de las armas, se vería amenazada. Por eso el militarismo es opresión, y el patriotismo es sometimiento.
No se puede aceptar a los militares porque es la fuerza dispuesta a sofocarnos cada vez que busquemos nuestra libertad y emancipación. Detrás de nuestras cadenas, detrás de la explotación y la opresión, se encuentra la amenaza del fusil, del traje verde o gris, que dispara a la orden del patrón.
El trabajo, Coquimbo, 5 de noviembre de 1904.
NO MÁS MILITARES
El militarismo es una plaga. Es el veneno con que los ricos sofrenan a los pueblos. Amor a la patria significa egoísmo. Amor a la humanidad es virtud. Para el amor a la humanidad no se necesita soldados ni armas.
Los ricos sostienen el militarismo porque es la única manera que pueden explotar a los pobres. Si no tuvieran soldados no podrían robarles sus salarios.
Con los millones de pesos que gastan en militarismo había de sobra para ilustrar a los pobres y evitarles las miserias, por eso el Congreso Obrero Antimilitarismo de Holanda ha proclamado en el carácter de universal la siguiente divisa: “Ni un hombre, ni un centavo para el militarismo”.
Luis Emilio Recabarren S.