La corrupción como causa de la actual crisis económica mundial
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Puesta online a las 21:54, el 26 de Septiembre del 2009
La corrupción como causa de la actual crisis económica mundial
2009 SEPTEMBER 26
by Manuel Luis Rodriguez
Philippe Buache (1744) Carte du Pacifique
El informe anual de la organización no gubernamental (ONG) Transparencia Internacional (TI) sobre la corrupción en el mundo, en el 2009, se centró por primera vez en el sector privado y empresarial, al que responsabilizó en parte de la actual crisis económica. “La corrupción y la falta de integridad corporativa fueron una causa subyacente básica de la crisis“, aseguró el director de programas mundiales de la organización TRANSPARENCY INTERNATIONAL, Christiaan Poortman.
Prolongando y extrapolando el concepto, podría decirse no sólo que el actual modelo de capitalismo financiero y especulativo en bancarrota, es una forma específica e histórica de corrupción del capitalismo clásico, sino sobre todo que la corrupción comercial, industrial, financiera, lobbista y mercantil a la que hemos asistido en estos últimos decenios en todo el mundo es un virus destructivo inherente y consustancial al sistema.
Según el documento, presentado este lunes 21 de septiembre de manera simultánea en Berlín y Nueva York, las compañías privadas tuvieron una responsabilidad directa en las causas de la crisis ya que de ellas dependen cuestiones como la fijación de precios, las presiones políticas y la lucha contra el soborno.
Por otro lado, una de las principales llamadas de atención del informe fue dirigida a las agencias de calificación. “Tuvieron un conflicto de intereses e ignoraron los altos niveles de riesgo (..) eso es, por supuesto, una forma de corrupción”, apuntó Poortman.
“El estudio de la ONG reveló datos de 45 países y aseguró que el soborno y la corrupción están ampliamente extendidos, y no sólo en los países pobres”, indicó el analista de la BBC Mark Gregoy.
En Europa y Estados Unidos, TI acusó a los grupos de presión -que emplean a más de 16.000 personas en Bruselas- de erosionar la independencia de los poderes políticos y económicos. En este sentido, comentó Mark Gregory, el soborno no es la única parte del problema.
El informe describe un complejo entramado de nepotismo, favoritismo y acuerdos informales entre empresas, funcionarios y políticos que en muchos casos conduce a la ineficiencia y al despilfarro de recursos. Según los datos aportados por TI, dos de cada cinco empresas investigadas aseguran haber recibido peticiones de soborno por parte de funcionarios del gobierno.
Estamos en presencia de un sistema económico y financiero internacional que opera en cada país, sobre la base de las relaciones ilícitas entre las grandes empresas y corporaciones globales y el poder político.
Dentro de América Latina, la agenda Transparencia Internacional investigó los casos de Argentina, Chile, Colombia, Nicaragua, Paraguay y Venezuela, con resultados diversos que merecen una reflexión. Por ejemplo, Chile -que ocupa el puesto 23 de 180 en el índice de percepción de la corrupción- es el mejor parado de los países citados a pesar de que, advirtió el informe, “el abuso de información privilegiada está llegando a las empresas chilenas”. (página 220 del Informe).
En el caso de Argentina -en el puesto 108- la ONG criticó la falta de claridad en la contratación de la construcción del “tren bala” y acusó al gobierno de “haber manipulado el índice de inflación oficial para asegurar niveles de inflación convenientemente bajos”. En Colombia, que ocupa lugar 70 en el índice de percepción de la corrupción, según apunta el informe, “un 91% de los gerentes o representantes legales de compañías manifestaron que, en su opinión, hay empresarios colombianos que ofrecen sobornos al realizar negocios”.
En América Latina, en el Cono Sur del continente, la corrupción que asocia a los negocios privados (de las grandes empresas internacionales y transnacionales) con el poder político y el Estado, es una expresión natural de la aplicación irrestricta de un modelo de desarrollo monetarista y mercantilista, de un paradigma neoliberal de la economía que desregula la circulación de dinero y de capitales, que baja las fronteras para la circulación de las ganancias y utilidades empresariales.
Un sistema que subsidia empresas a costa del erario fiscal, que facilita la exportación de utilidades, que permite la entrega de los recursos naturales y energéticos a capitales extranjeros, que subsidia las ganancias empresariales y que respalda las pérdidas, que posibilita la creación de empresas de papel y de razones sociales brujas, que castiga livianamente el uso de información privilegiada para la especulación bursátil, solo puede ser calificado como un sistema económico basado en la corrupción de las relaciones económicas.
Por último, Nicaragua (en el puesto 134) y Paraguay (en el 138), son los países latinoamericanos más mal evaluados en este estudio.